HISTORIA DE INVIERNO
Un día los alumnos de 6º de todo el CRA y sus profesoras se fueron de acampada al bosque misterioso.
Alba y Sara se perdieron en el bosque mientras cogían la leña para hacer fuego. De repente vieron que algo se movía en los arbustos. Fueron a buscar y vieron un reno.
El reno salió corriendo y las niñas le siguieron. Vieron que la nariz del reno era roja, pensaron que nunca habían visto un reno con esa nariz y creyeron que estaba enfermo.
Al momento llegaron a un gran edificio hecho de caramelos y galletas de chocolate. Sara y Alba intentaron comerse un trozo de galleta, pero, de repente, salió del edificio un hombre muy gordo de barba blanca, vestido de rojo y con un gran gorro también rojo. Se asustaron mucho, pero al momento descubrieron que era Papá Noel.
Papá Noel preguntó:
- ¿Habéis visto a un reno de nariz roja llamado Rodolfo?
Alba contestó:
- Sí, lo hemos visto pero salió corriendo haciaaquí. No sabíamos que hubiera un edificio hecho de caramelos y galletas por aquí.
Papá Noel dijo:
- Este es el edificio donde nosotros hacemos los regalos; entrad, os lo enseñaré.
Las niñas entraron y vieron que todos estaban cantando una canción muy bonita, era así:
Era Rodolfo un reno
que tenía la nariz roja como la grana
y de un brillo singular.
Todos sus compañeros se reían sin parar
y nuestro buen amigo
no dejaba de llorar.
Navidad llegó, Santa Claus bajó
y a Rodolfo eligió
por su singular nariz.
Tirando del trineo
fue Rodolfo sensación
y desde aquel momento
Papá Noel dijo:
- ¿Os ha gustado la canción?
Sara y Alba respondieron:
- Sí, nos ha gustado mucho, nos gustaría aprenderla.
Papá Noel contestó:
Si queréis podéis aprenderos la canción mientras estáis haciendo los juguetes con mis gnomos.
Cuando terminaron, salieron a la calle para hacer muñecos de nieve.
Al terminar los muñecos de nieve, Papá Noel echó unos polvos mágicos y los muñecos cobraron vida. Todos los muñecos que habían hecho nos saludaron.
Rodolfo, el reno, empezó a tener miedo y dijo:
- Me da un poco de miedo, nunca he visto unos muñecos de nieve que hablaran.
Los muñecos de nieve intentaron tranquilizarle:
- Tranquilo, no te vamos a hacer daño.
Rodolfo se tranquilizó y ya no tuvo miedo.
Mientras tanto los profesores estaban contando a los niños y vieron que faltaban dos. El profesor se quedó con los niños ayudándoles a montar las tiendas de campaña mientras la profesora se fue a buscar a Sara y Alba.
Cuando iba camino del bosque, la profesora oyó unos gritos que venían del centro del bosque y se extrañó porque creía que eran Sara y Alba.
Mariví, la profesora, se fue corriendo al centro del bosque. Ella se paró y vio una fábrica hecha de galletas de chocolate y de caramelo; a la derecha del edificio estaban Alba y Sara con unos seres extraños que nunca habían visto.
Las niñas vieron a su profesora y salieron corriendo hacia ella.
La profesora preguntó:
- ¿Qué hacéis aquí? ¿Por qué no habéis ido con el grupo?
- Se nos ocurrió ir a por leña y nos perdimos en el bosque; oímos un ruido y fuimos para allá; nos encontramos con Papá Noel, sus gnomos y Rodolfo, el reno con nariz roja – Respondieron las niñas.
Rodolfo dijo:
- Créaselo, todo lo que dicen es verdad, además ¿es que no nos ves?
- A mí me hicieron mientras estaban jugando, vino Papá Noel, me echó unos polvos mágicos y ahora he cobrado vida – Afirmó el muñeco de nieve.
- Vale, me lo creo, pero tenéis que venir a montar la tienda de campaña – Respondió la profesora.
- ¡Vale!, ¡Adiós! Esta noche vendremos a ayudaros a repartir los regalos por las casas – Se despidió Sara.
- ¡Adiós! Os esperaremos aquí a las doce de la noche para repartir los regalos – Gritaron todos los seres mágicos.
- ¡Vale, hasta pronto! - Respondió Alba.
Las niñas y la profesora se fueron corriendo hasta el sitio donde estaban los demás.
Al llegar todos sus compañeros gritaron:
- Por fin llegaron Sara y Alba, ¿dónde estabais?
Montaron las tiendas de campaña y empezaron a cenar.
Después, cuando terminaron, fueron a lavarse los dientes y un poco más tarde empezaron a jugar a juegos antiguos. Cuando terminaron, como era tarde, se fueron a dormir.
Después de una hora Sara y Alba se fueron, sin meter ruido, a la fábrica donde estaban Papá Noel, sus gnomos y el reno. Esa noche era la noche de Navidad. Todos juntos partieron para repartir los juguetes. El cielo se llenó de nubes y bajó una bruja que raptó a Rodolfo.
Papá Noel les dijo a los otros renos que fueran tras ella. Cogieron a Rodolfo y repartieron los regalos por todas las casas y de paso dejaron a Alba y Sara en la acampada .
Los niños conocieron y saludaron a Papá Noel, a Rodolfo, a los muñecos de nieve y los gnomos. Ellos se sorprendieron y se despidieron abriendo los regalos.
tod@s l@s alumn@s de 6ºP de El Torno
Comentarios